Por Abraham Ceada Santana:
Pasado ya varios meses recibí el encargo de proyectar una escultura que completara iconográficamente la Capilla Sacramental de la Parroquia de San Sebastián. La Hermandad de los Mutilados con sus Sagrados Titulares se ubican en dicha Capilla, dado a su carácter Sacramental, por lo que la idea tendría que convivir con las actuales Imágenes de la corporación y, en sintonía, conformar un conjunto escultórico en torno al Santísimo.
La propuesta se compone de un relieve de ángeles que se encuentran adorando al Cordero Místico, situado en la parte central, que se eleva sobre un conjunto de nubes y éste, a su vez, apoyado en el libro de los Siete Sellos. Una de las múltiples referencias que las Escrituras nos dan en torno a la figura del cordero como símbolo de Cristo sería la que hace alusión al encuentro de Juan el Bautista y Jesús:
“En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús venir hacia él exclamó: «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es por quien yo dije: Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo. Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que Él sea manifestado a Israel». Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre él. Y yo no le conocía pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: "Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre Él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo." Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Elegido de Dios»” Juan 1, 29-34
El Cordero como símbolo de Cristo se ha utilizado a lo largo de toda la historia del arte. Las alusiones bíblicas en torno al Cordero son numerosas, unidas siempre a la salvación a través de su sacrificio. Así podemos leer que los israelitas salvaron sus vidas ante la esclavitud de los egipcios con la sangre untada en las ambas de las puertas, y cómo Pedro, en su primera epístola, nos habla de cómo salvar nuestras vidas a través de la Preciosa Sangre de Cristo, Cordero sin defecto ni mancha.
La vinculación del Cordero con el culto al Santísimo es muy importante, por lo que protagoniza el nuevo conjunto escultórico que se ubicará en la parte central de la capilla, adorado por un conjunto de ángeles y querubines que será realizado en resina acrílica, con unos acabados polícromos en la imagen del Cordero, una imitación al mármol en la gloria de ángeles y nubes, y la aplicación de pan de oro en el resplandor que emerge de la parte trasera del relieve.
